sexta-feira, 8 de fevereiro de 2013

"A Hora Mais Escura": fascismo cool e propaganda

A boa dica chega de Buenos Aires, pelo atento Eduardo Baró e é muito oportuna, pois recoloca a velha e boa discussão sobre as nem sempre reveladas relações entre a indústria cinematográfica norte-americana e seus canais com a Casa Branca e a indústria da guerra que sustenta muita gente boa naquele país.

Para a revista La Otra, não há dúvida que "Zero Dark Thirty", traduzido como La Noche Más Oscura para  argentinos e "A Hora Mais Escura" para brasileiros, é nada menos do que "fascismo cool" e "propaganda".

Ainda não assisti à película dirigida pela diretora Kathryn Bigelow - cinco indicações para o Oscar 2013 -, contando a operação que executou Osama Bin Laden, escrita pelo roteirista Mark Boal, que tinha acesso à equipe militar que preparava a operação.

Como não existe almoço grátis...e os precedentes recomendam, não dá para desprezar os argumentos de La Otra:

La noche más oscura: fascismo cool

Me acuerdo de que cuando se estrenó Vidas al límite, la película que mostraba a los comandos norteamericanos especializados en desarmar bombas en Irak (los hurt lockers del título original; esto es, en el léxico militar que Bigelow gusta de hacer suyo, los "reductores de daño"), había críticos de cine que elogiaban el presunto distanciamiento con que la directora filmaba la guerra, cosa que el punto de vista adoptado por la cámara en todo momento desmentía. La confusión de estos críticos, de algún modo ellos mismos reductores del daño que produce el cine de propaganda bélica que Bigelow cultiva, radicaba en que llamaban distanciamiento a lo que en realidad era escamoteo. 

El territorio iraquí está minado de bombas que los norteamericanos antes arrojaron. Esta premisa es escamoteada al espectador de Vidas al límite. La parquedad del film está regida por este elisión: se trata de que el espectador no comprenda qué hacen los americanos en Irak ni de dónde salen esas bombas cuyo daño deben reducir. La directora nos coloca en la mirada urgida del comando especial, del que no se espera que entienda, sino que desactive. En un espacio dramático saturado de densidad geo-política como el Irak invadido por los EEUU, Bigelow eligió filmar a los reductores de daño como temerarios -y en el fondo valiosos- servidores públicos a los que el pueblo iraquí no terminaba de reconocer su arrojo. Ningún distanciamiento entonces.

Continua La Otra

CineLUX: Oscar 2013: trailers, com a lista indicados



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